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Atlanta,Georgia - centro comercial - mañana (reservado)
Me había levantado temprano, bueno no sabía que hora era pero me sentía bien pensar que me había levantado temprano. Me dispuse a salir de la tienda cuando me quedé mirando el arma que había cogido de la tienda de golosinas del cine, este mundo se había ido a pique, primero te regalan un arma cuando te creas una cuenta de banco en este País, ahora esto, luego que será? regalarán escopetas en un colegio?.Había escuchado unos disparos y como que había gente aquí pero por mucho que mirara no encontraba nadie, seguramente serían alucinaciones mías, la verdad es que nunca estuve muy cuerda.

Me guardé el arma junto al revolver de mi padre y caminé tranquilamente para ir a la tienda de Charol, al final ayer no fui como tenía pensado, coger bragas ocupaban demasiado tiempo. Antes de entrar en la tienda bajé al Starbucks y me cogí uno de los batidos preparados que había, lo fui agitando mientras subía por las escaleras cantando una canción de Miley Cyrus y entraba a la tienda de Charol con un énfasis como si no hubiera un mañana.

- ¡Bonjour!.- comenté alzando un brazo y guiñando un ojo a los maniquis mientras entraba decidida hacía el mostrador.- ¿Les llegó mi pedido de París ya?.- dije preguntando a la nada, me viré rápidamente dedicando una gran sonrisa a un maniqui que había al fondo.- No señora Smith, ese me lo llevé la semana pasada!.- cuando terminé con la pantomima cambió mi cara de una gran sonrisa a una seriedad increíble poniendo el batido encima del mostrador mientras empezaba a mirar las ropas que allí habían.

Me gustaba todo, empecé a coger muchas de las cosas que allí estaban buscando mi talla, fui al probador, pero qué coño, no creo que a los zombies les importara verme desnuda y menos a la gente fantasma, si no los había visto no creía tener la mala suerte de verlos justo en ese momento.

Me empecé a desnudar, me quité la parte de arriba quedándome en sujetador y justo antes de sacarme la camisa de los brazos escuché ese gemido que tanto odiaba.

Miré rápidamente detrás de mi y allí estaban, digo estaban por que eran tres hermosos zombies que estaban detrás de una tonelada de ropa que había en una esquina, joder.. y yo con la camisa en los brazos y el arma al otro lado del mostrador, que tendría que comportarme como Milla Jovovich para cogerla rápidamente quitándome la camisa y apuntando, qué va.. coño, no podía creer que mi final fuera aquí, si ni siquiera tengo novio..

Me senté en el suelo automáticamente cerrando los ojos mientras venían a mi, muy despacio he de decir, qué cabrones.

- ¡JODEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEER!.- grité fuertemente mientras apretaba más los ojos, quien sabe, a lo mejor mi príncipe azul apareciera para salvarme, o más realista, los zombies se asustaran del grito.